Mirando hoy al Cardenal Sancha


El Cardenal Sancha y Hervás fue un hombre que vivió los grandes problemas del siglo XIX, mas casi una década del siglo XX. Aunque hoy nos parezca su figura un tanto alejada de nosotros y, si leemos algunas de sus obras, incluso puede llegar a sorprendernos, fue, sin embargo, un hombre plenamente integrado en los temas que apasionaron a su época.

Muy al día en los problemas de su tiempo, se distinguió por su adhesión al Papa, al espíritu y la letra del Concilio Vaticano I. Pero además estuvo en la vanguardia de las cuestiones sociales de su tiempo; la acción de la Iglesia en su campo social, cuestión que había sido abierta por León XIII como necesaria para afrontar el siglo siguiente, tiempo de las revoluciones sociales, como él mismo adivinaba. Combatió al mismo tiempo por el fomento de la elevación doctrinal del clero, para afrontar el reto del despertar de muchos seglares, impregnados del espíritu krausista, sectario y masónico. No por eso olvidó a los más marginados de la sociedad, de los que nadie se acordaba. La obra que le recuerda como un hombre de Iglesia y de acción al mismo tiempo es la fundación de las Hermanas del Cardenal Sancha, instituto religioso dedicado a los más pobres, niños y ancianos.

Tuvo que vivir circunstancias durísimas, como su encarcelamiento en la isla de Cuba, por su fidelidad a la Santa Sede, la etapa de la I República y el largo periodo de la Restauración canovista con sus aspectos positivos y negativos. Nunca fue una persona extremista ni en sus ideas ni en sus comportamientos.

Es asombroso comprobar a través de la documentación la paz de su espíritu que conservaba en las más adversas circunstancias. Lo demuestra su fino sentido del humor, del que corren hoy todavía por Toledo narraciones insólitas entre muchas familias.

Con el transcurso de los años, la vida y obra del Fundador de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha va cobrando perspectiva histórica. Con ella nos damos cuenta de la labor apostólica tan amplia que desarrollo una persona con unas responsabilidades tan altas en la Iglesia española y que, sin embargo, tuvo un concepto humildísimo de si mismo. Ambos aspectos no tardaran en ser puestos de manifiesto cuando se realice su biografía desde presupuestos rigurosamente científicos.

D. Ramón Gonzálvez Ruiz, canónigo emérito de la S.I.C.P.

Boletín Informativo de la Causa de Canonización - marzo de 1987