La Iglesia ha ido realizando a lo largo de los siglos el ministerio profético recibido de su fundador, principalmente por la predicación y la catequesis.
Una pastoral catequética no se construye partiendo solamente de la catequesis actual sino de toda la tradición de la Iglesia, conociendo las principales etapas y personalidades de la historia de la formación religiosa en la Iglesia y en España, tierra de catequistas geniales.
El Cardenal Sancha, Arzobispo de Toledo, es un testigo cualificado en esta tarea catequizadora, él fue de los primeros catequistas que en lo albores del siglo XX impuso y difundió la doctrina del la encíclica “Arcebo nimis” de San Pío X sobre la enseñanza del catecismo que tantísima influencia tendría en la dinámica y calidad de la catequesis en España.
A la luz del documento pontificio, el Cardenal Sancha dispone y ordena “bajo precepto grave” que los sacerdotes con cura de almas expliquen a los niños y niñas de su feligresía durante una hora el catecismo de la doctrina cristiana, todos los domingos y días festivos, sin exceptuar los meses de verano, aunque sea muy escasa la asistencia. Recomienda, incansablemente a los padres de familia, que envíen a sus hijos a la explicación del catecismo, y constituye en la diócesis una junta de la Doctrina Cristiana, compuesta por clérigos y seglares. Su primera preocupación pastoral al llegar a la diócesis primada, fue informarse cuidadosamente de la realidad catequética y de la enseñanza de la doctrina cristiana en las parroquias y en la escuela.
En el ministerio episcopal del Cardenal Sancha, la pastoral catequética es de una urgencia que debe ser antepuesta a otros ministerios por importantes que sean y por encima de otras acciones cuyos resultados podrían ser más espectaculares.
En Toledo con su dirección y tutela nacen las damas catequistas ante el proceso creciente de descristianización en muchas regiones, debido, entre otras causas al insuficiente esfuerzo por adoctrinar y evangelizar a los hombres en el mensaje de salvación.
“No se les ha enseñado lo que deben creer”, escribirá el Cardenal. En otros casos repetirá el Prelado, “el contenido de la enseñanza ha sido inadecuado”.
Esta organización de mujeres piadosas ha de atender en la mente del Cardenal “las universidades de los pueblos, que son las Escuelas de Catequistas”.
En el escrito pastoral que el Cardenal publico en el Boletín diocesano del 25 de marzo de 1905 decía refiriéndose a los que frecuentaban estos centros catequéticos: “Hay mas sensatez y sabiduría en el cerebro del labriego, alumbrado con la luz del Catecismo que en los filósofos y académicos envueltos en teorías nebulosas que les impiden conocer cual es su origen y su ultimo fin”.
Es necesario conocer en profundidad la pastoral catequética de este siervo de Dios que hace mas de cien años empezó a crear en la diócesis y en España una mística encarnada en una organización adecuada y eficaz de proyectos catequéticos.
Sin conocimiento del pasado no hay futuro. Sin historia no se puede entender el presente. El Cardenal Sancha se entrego apasionadamente a esta tarea que nos une a todos; la transmisión de la fe en la catequesis.
Monseñor Ángel Rubio Castro, Obispo de Segovia.
Boletín Informativo de la Causa de Canonización - febrero de 1985