Asida de tu mano

Toledo, 25 febrero 2021

   Hace un año nos parecía todo "tan lejos"... éramos invencibles, con todo bajo control, sin peligro al acecho, nuestro horizonte despejado... Incluso había enviado ya la solicitud para mis oposiciones; nadie preveía la que nos caía encima ni la duración de esta pandemia en la que cada día parece que queda más lejos la luz al final del túnel.

   Por encima de todo hay una realidad que supera nuestros miedos, nuestra incertidumbre, nuestro nerviosismo, nuestra intranquilidad e incluso en muchos momentos convertida en ansiedad al ver que aquello "se nos va de las manos" sin que podamos hacer absolutamente nada para evitarlo o para prevenirlo; esa realidad es nuestra maravillosa FE.

   Qué fácil es sentirse protegido cuando sabes que hay quien te tiene agarrada de su mano y no te suelta nunca, venga lo que venga, pase lo que pase... Es la seguridad de Pedro caminando sobre las olas: "mándame ir a Ti".

   A las pocas horas del fallecimiento del Cardenal, un día como hoy hace 112 años, una persona a quien él había cuidado humana y espiritualmente, sintiendo esa humana orfandad a partir de ese momento, alentaba a otros a no dejarse vencer por el desánimo, a mirar al Cielo, a orar sin cesar, con la convicción como él decía muy bellamente de que "él nunca irá al Paraíso sin llevar con él de la mano a todos los que él ama y a los que le hemos amado". Qué tranquilidad me dio leer esto, qué paz tan grande, tener la seguridad, efectivamente, de que Dios puso al Cardenal en el camino de cada uno para no soltarnos nunca de la mano y para llevarnos a Él, la verdadera y única pasión y motor de su vida.


   Nunca suelo pedir al Cardenal ningún favor personal -siempre me parece que la gravedad de las peticiones de algunos conocidos son más urgentes para pedirle su intercesión que las mías-; en su día siempre le pido un regalo y desde hace 29 años SIEMPRE me lo alcanza, es como "el regalo de cumpleaños" de cada año. Hoy será diferente, hoy SÍ le he pedido que me alcance del Cielo algo urgente, que acabe de una vez con la lamentable situación que llevo arrastrando desde hace bastante tiempo teniendo paralizado todo mi trabajo de investigación sobre su vida. Necesito la gracia de aprobar y sacar plaza en las próximas oposiciones, para que la estabilidad laboral me permita de una vez dedicarme a lo que verdaderamente me ha apasionado siempre: bucear y perderme en su vida y en sus cosas para darlo a conocer a los demás y transmitirles la grandeza de este gran santo -porque a pesar de llevar más de 100 años de retraso, en gran medida porque en estos años siempre ha habido por medio otras prioridades, serlo sabemos sin duda alguna que LO ES- que es un verdadero ejemplo para los católicos de todos los tiempos en el seguimiento auténtico y radical de Cristo y en el testimonio de fidelidad plena a la Iglesia.

   Confío plenamente en él, como he hecho siempre, aunque a veces las cosas hayan salido de otra manera (siempre resultaba ser la mejor manera), segura de que si es la Voluntad de Dios y es para bien de mi persona me lo alcanzará o de lo contrario se buscará las artimañas para dar la vuelta a la tortilla y llevarme por otros derroteros donde fructifique más. Así sea.