En el mes de santa Teresa y en tiempo de pandemia...
El beato Ciriaco María Sancha, imbuido por el espíritu teresiano, hace vida las mismas palabras que siglos antes había cantado la Santa Doctora, cuyo 50º aniversario de doctorado celebrábamos hace unos días:
"Dadme muerte, dadme vida;
dad salud o enfermedad,
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz crecida,
flaqueza o fuerza cumplida,
que a todo digo que sí:
¿qué mandáis hacer de mi?"
y lo testimonia desde su sede episcopal de Ávila, escribiendo a una de sus hijas espirituales esta reflexión sobre el camino de la perfección, donde la exhorta a la contemplación y a dejarse guiar por Él:
“Es un punto de altísima perfección el no querer honra ni deshonra, salud ni enfermedad, consuelos ni aflicción, vida corta ni larga, riquezas ni pobreza, inteligencia ni rusticidad; sino permanecer indiferente a esas cosas y no participar ni querer de ellas más que aquello en que puedan servirnos de medio y auxilio para agradar a Dios y salvarnos”.
(Carta a María Luisa Fernández, 11 de marzo de 1885)
Foto: Capilla de san Pedro, 18/10/2020 |
En este día tan atípico y apático, en el que hemos tenido que celebrar la efeméride de su beatificación desde el silencio y la soledad, sus palabras, más que nunca, nos sirven de estímulo para no desviar la atención de lo único verdaderamente importante. ¡Feliz día! Ojalá podamos muy pronto celebrarle como lo que es, un gran santo que ha colmado de bendiciones a la Iglesia.