Un arzobispo de calle...
La celebración matutina fue presidida por don Juan Sánchez Rodríguez, deán de la Catedral, quien mostró su admiración hacia una vocación que surgió en un ambiente muy humilde y llegó a la cumbre más alta de la jerarquía eclesiástica española sin dejar esa sencillez que tanto caracterizó al beato Ciriaco María.
La Eucaristía de la tarde fue presidida por don Enrique Carrillo Morales, quien definió al Beato como un arzobispo de calle, por el apostolado tan a mano de sus diocesanos que desplegó en aquellas diócesis que pastoreó, resaltando su respuesta a la misión que Dios le confió, y que comparó con las palabras del profeta Jeremías: "Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré... yo pongo mis palabras en tu boca".
Reliquias del Beato en la capilla de san Pedro (Catedral del Toledo) |
En ambas celebraciones intervino don Carlos Miguel García Nieto, vicepostulador de la causa de canonización del Beato, el cual informó de la marcha del proceso y del nuevo impulso que el mismo experimenta con el nombramiento de un nuevo postulador en Roma, don José Jaime Brosel.
A las celebraciones asistieron las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha, las Siervas de María, las Religiosas de María Inmaculada y sus fieles devotos procedentes de diversas diócesis de España, que han querido unirse una vez más a esta celebración para dar gracias a Dios por su beatificación, así como pedir la gracia de su pronta canonización.